El Fraude de la ley anti-fraude por Enric Ticó

Imagínense ustedes una paradoja: el Gobierno de España quiere combatir el tráfico de estupefacientes en el estrecho de Gibraltar. Nos parece bien, porque no dudamos de que su objetivo no es tener más ingresos, sino proteger la salud de los españoles. Una duda: ¿Entonces por qué el proyecto de ley lo impulsa Hacienda, y no Sanidad?. Bien, vamos a aceptar pulpo como animal de compañía.

Lo preocupante para todos (incluyo a los que benévolamente estén leyendo este artículo), es que el Gobierno de España acaba de aprobar un Proyecto de Ley, “de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal”. Impecable, necesario, encomiable. Pero como siempre pasa con la burocracia política y administrativa, esta iniciativa que nació con tan buenas intenciones (era un texto de una veintena de artículos), y dada la ansiedad reglamentista impulsada por algunos despachos ministeriales ajenos a la calle, a la realidad, en el texto que se ha presentado al Congreso se prevé la modificación de hasta 79 artículos de la extensa normativa tributaria nacional. Cada Ministerio, para que nadie dude de su compromiso con la lucha contra el Fraude, ha ido añadiendo apartados, artículos, … como si ahora hubiéramos descubierto la sopa de ajo, y nos hayamos consorciado por fin para combatir el fraude fiscal. Pero, como les decía y para ser positivos, bienvenido sea este proyecto de Ley.

Sin embargo, resulta que dado este furor de participación interministerial, algún funcionario ha introducido un par de artículos que, de aprobarse, podrían significar importantísimos problemas para nuestros puertos, aeropuertos, sistema aduanero… Como pueden pensar, no se trata de que hasta ahora todas estas infraestructuras logísticas (dependientes, por cierto, de nuestro estimado Estado), se hayan dedicado al pirateo, blanqueo, o tráfico de drogas. Claro que no. Pero insisto, en caso de aprobarse este proyecto tal como en estos momentos ha sido publicado, les hago saber que quien gestiona y organiza la cadena logística, es decir, los Transitarios y Representantes Aduaneros, en definitiva, los operadores logísticos que vehiculamos el 90% del comercio internacional español, nos veremos obligados a desviar una parte significativa de la carga, las mercancías, las importaciones y exportaciones, a través de puertos y aeropuertos portugueses, franceses… y andorranos si hace falta.

¿Por qué?. Seré breve. Porque de aprobarse este proyecto, no habrá ningún Operador Logístico que quiera asumir las nuevas e ilógicas condiciones que se nos imponen.

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